El presbítero Ricardo Luján Delorenzo murió el sábado 26 de agosto, a los 63 años de edad, tras sufrir una descompensación generalizada, informaron familiares del sacerdote de la diócesis de Mar del Plata.
Los restos mortales del sacerdote fueron velados este domingo en la parroquia San Juan Bautista, de esta ciudad balnearia, donde la misa de exequias fue presidida por el flamante obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, y concelebrada por el obispo emérito de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, y el obispo de Chascomús, monseñor Carlos Malfa.
“Podemos decir que Ricardo de palabra y de obra, muchas veces nos edificó diciéndonos que Jesús es el Mesías, el Hijo del Dios Vivo. Lo hizo como sacerdote, vicario de la catedral, como párroco de San Antonio y párroco de esta querida comunidad de San Juan Bautista. Qué lindo que muchos hayan podido venir. Muchos de ustedes no son de estas comunidades pero sí fueron formados por Ricardo y su equipo para llevar adelante la tarea de la pastoral de la Salud, porque también lo hizo de manera tan clara y tan fuerte allí”, destacó monseñor Mestre.
“Como signo particular, la presencia de las hermanas de la Caridad. Recordamos cuando Ricardo estuvo en Calcuta, conviviendo con las hermanas, el contacto directo con Madre Teresa de Calcuta; lo que permitió que rápidamente la comunidad de las hermanas pudiera estar en nuestra diócesis. Una etapa fuerte fecunda en la actividad y que después misteriosamente fue más fecunda pero no en el ejercicio directo por el peso de la enfermedad, sino en su entrega en los últimos años. A veces para los ojos del mundo, cuando no miramos con los ojos de la fe, recordamos más la actividad; pero el sacerdocio, la fe y el ministerio de Ricardo fue más fecundo estos últimos años, aunque humanamente o exteriormente hablando, pudo hacer menos que antes”, agregó.
El prelado marplatense expresó que “en esta misa tenemos que dar gracias a Dios, porque nos regaló la presencia de Ricardo en nuestras vidas, en la vida de la diócesis, de las comunidades, del servicio particular de la pastoral de la Salud, en este hermoso testimonio de paciencia y alegría, en medio de la enfermedad. Creo que ninguno lo ha escuchado quejarse, siempre con esta actitud positiva de seguir adelante”.
“Qué lindo testimonio de fe, llevado a la vida. Su palabra, su servicio, su entrega y esta actitud de serenidad, testimonian que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios vivo. En esta misa te damos gracias porque nos regalaste a Ricardo en la vida de nuestra diócesis que misteriosamente, en los designios de Dios, me tocó recibir la ordenación y una vez que terminó la fiesta se dio la pascua de Ricardo, que es dolor, pero también es fiesta para los que tenemos fe”, sostuvo.
“Que camino a la gloria, él sea en fe y en esperanza, intercesor por la realidad de la vida diocesana de cada una de nuestras familias, y de manera particular en este servicio tan importante como lo es la pastoral de la Salud”, agregó.
La diócesis de Mar del Plata invitó a “unirse en oración por el eterno descanso del alma del padre Ricardo al celebrar su pascua en el camino a la Casa del Padre”.
Lunes 28 Ago 2017 - Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
Nuestro querido amigo partiste a la Casa del Padre y llegas a Él con tu sonrisa, tu música y tu buen humor, seguramente con un buen chiste y derramado todo tu amor.
Fuiste un gran maestro que nos enseñaste como recibir y confortar al enfermo y cómo prepararlos para la partida de este mundo.
Te recordaremos como un santo hombre, un santo médico y un Padre santo.
Ricardo, que brille para vos la Luz Eterna. Pastoral de la Salud